Podría definir Nanotecnología buscando directamente en wikipedia, pero prefiero definirla, como una de las posibles salidas de la dichosa crisis para toda aquella gente con talento y con ganas de cambiar el mundo. Si eres inversor te invito a que entres a colaborar con centros de investigación en esta cuestión, pero antes de nada mide tu capacidad financiera, puesto que es muy complicado y requiere paciencia para obtención de resultados tangibles. Se puede decir, que una de las primeras personas que empezaron a hablar de ella, fue el Nobel de Física de 1965, el americano Richard P. Feynman.
Hace unos años que llevo invirtiendo para de mi poco tiempo ocioso en investigar sobre las posibilidades de la nanotecnología, y creedme que es el mayor lugar de posible aparición de océanos azules. Ahora mismo internet está saturado, necesita liberarse para que pueda volver a entrar oxígeno del que todos puedan respirar. Durante los últimos años, ha sido como un valor refugio para los grandes capitales que han invertido muchísimo en internet, pero a día de hoy, creo que estamos al borde de la explosión de la burbuja 2.0. (Quién avisa no es traidor). Es por ello que soy partidario de diversificar y buscar nuevos retos, y sin ninguna duda la nanotecnología lo es. También se denomina N&N.
En otro artículo anterior, ya comentaba alguna de las virtudes y posibilidades de la nanotecnología, pero hay muchas más. Hoy os voy a nombrar tres, propiedades electromagnéticas, el agua y la medicina.
Existen nano partículas, que repelen los campos electromagnéticos, con lo que se abre un campo apasionante para todo tipo de aplicaciones electrónicas. Por ejemplo, un grupo de investigadores europeos ha desarrollado un dispositivo de nano cables capaces de detectar microondas de hasta 110 GHz a temperatura ambiente, lo que puede permitir desde el ensamblado más efectivo y rápido de moléculas en biosensores, al ordenamiento preciso de células, bacterias o virus en aparatos de diagnóstico médico, o el ensamblado de componentes microelectrónicos avanzados.
También existen aplicaciones para tratamiento de aguas. La falta de agua potable es una de las mayores preocupaciones de la ONU, y está dentro de su plan estratégico a largo plazo. Hoy en día mucha cantidad de agua se desperdicia porque es casi, pero no cien por cien, pura. Tecnologías de tratamiento eléctrico mecánicos sencillas y fiables pueden recuperar agua contaminada para uso del sector agrícola o incluso para el uso doméstico. Estas tecnologías solo requieren fabricación inicial además de una fuente modesta de energía. Filtros físicos con poros de una escala nanométrica que pueden eliminar el 100% de bacterías, virus y hasta prions. Una tecnología de separación eléctrica que atrae a los iones a láminas supercapacitor pueden eliminar sales y metales pesados. La capacidad de reciclar el agua de cualquier fuente para cualquier uso podría ahorrar enormes cantidades de agua y permitir el uso de recursos de agua hasta ahora no aprovechables. Esto también podría eliminar el tipo de contaminación "rio abajo"; es decir que un filtro de agua totalmente eficaz es capaz de asumir la regeneración de aguas "sucias" de actividades agrícolas e industriales. Siempre y cuando se controlen los residuos, el agua se puede filtrar, concentrar y hasta purificar y utilizarse de forma rentable.
En relación a la medicina, se abren millones de posibilidades, incluso en los países subdesarrollados se están haciendo inversiones millonarias para innovar en este tipo de aplicaciones, ya que a medio - largo plazo reducirán el número de muertes por enfermedad, sobretodo porque facilitan el diagnóstico. De aquí al 2020, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades infecciosas y metabólicas, patologías del sistema cardiovascular y neurológico y determinados tipos de cáncer será mucho más fácil y eficaz de tratar. Existen partículas nanotecnológicas, que una vez introducidas en el organismo, son capaces de detectar células cancerígenas, unirse a ellas, y cambiar a un color llamativo, para que sea mucho más fácil de detectar y eliminar durante la operación, facilitando de esta manera el trabajo de los médicos.
